sábado, 23 de octubre de 2010

CUENTO DE GREGORIO ALVAREZ

EL MAR DE PEDRO

No sé por qué dicen que Pedro está loco. No sé porque lo llevaron esta mañana para el hospital. Ahora sus tiburones están tristes, llorando en las ramas del mamón que hay en la casa de Pedro.
Pedro trajo el mar en una botella. Siempre quiso tener un mar en el patio, por eso lo trajo en una botella, lo agitó y agitó, lanzó la botella a la mitad del patio y estalló como una bomba, el agua ocupó todo el espacio. Desde entonces empezaron a decir que Pedro estaba loco, porque se le había ocurrido sembrar un mar en el patio de su casa.
Las olas del mar de Pedro se estrellan contra las cerca de cañas bravas y moja los otros patios, eso no le gustó a la gente, a nadie le gustó que Pedro trajera un mar para el barrio, porque los peces se salen a morder, porque los tiburones vuelan por el cielo persiguiendo pájaros y los cangrejos se montan en los postes de la luz y cortan los alambres.
La mamá de Pedro le dijo que se fuera con su mar para otra parte, que lo llevara a la casa de su tía, donde hay un patio grande y no molesta a nadie, pero Pedro dijo que no, que donde su tía no había palos de mamón donde se posaran a descansar sus tiburones voladores. Fue cuando cogieron a Pedro y lo llevaron a la fuerza para el hospital y el mar que él había traído en una botella, fue secándose poco a poco; ahora sólo quedan en el lugar los peces muertos, las estrellas de mar, restos asoleados de cangrejos, una capa de caracuchas revuelta con chinas y arenas y un sabor a tristeza salada en el ambiente.
Ya no se escucha el rumor del mar de Pedro, los tiburones voladores se fueron detrás de una bandada de pájaros. No sé por qué dicen que Pedro está loco, no sé por qué lo llevaron esta mañana para el el hospital, si Pedro sólo quería tener un mar en el patio de su casa.

No hay comentarios: